La película Predator: La presa cuenta con Naru, una jovencita que es casi un ser sobrenatural. Tiene la fuerza de tres hombres y es capaz de sobrevivir a traumas físicos que ningún otro personaje de la franquicia de Predator habría podido resistir. Además, es tan ágil como un coche pequeño. Aunque Naru utiliza algunas tácticas, lo que más destaca son sus habilidades físicas y su fuerza sobrenatural, lo que la convierte en una especie de superhéroe del que Captain America podría envidiarla.
Sin embargo, eso es parte de lo que hace que la película no sea del todo creíble. Naru sobrevive cosas que no debería y tiene la capacidad de hacer cosas que van más allá de su peso, lo que hace que la suspensión de la incredulidad se rompa por completo.
Si alguien defiende a Naru como un personaje, solo hay que hacerle algunas preguntas simples: ¿cómo se recuperó tan rápido? ¿Cómo logró superar a los hombres en fuerza? ¿Por qué fue capaz de sobrevivir a cosas que nadie más en la película pudo resistir? Las respuestas serán una mezcla de evasivas y justificaciones que no sostienen el escrutinio, y eso es el mayor problema de la película: no soporta el escrutinio.
Un reparto poco creíble y una historia con más de lo mismo
Otro gran problema es que nadie parece tener miedo del Predator, incluso en una época en la que las supersticiones eran muy fuertes. Naru no muestra miedo a nada, incluso en situaciones de vida o muerte, lo que es completamente opuesto a lo que cabría esperar de alguien de su edad. Seguramente alguien justificará esto, pero yo prefiero señalar que esto simplemente te saca de la película, ya que es nonsensical e irreal. ¿Por qué esta chica adolescente tiene una muerte anhelada y no teme a nada? ¿Por qué constantemente intenta involucrarse en situaciones en las que cosas que quieren matarla?
Un buen contrapunto a Naru es la hija de Shawn Linden en la película «Hunter Hunter». No me gustó la segunda mitad de esa película, pero la primera mitad fue brillante. ¿Por qué? Porque estaba basada en la realidad, era realista y atractiva. Además, era totalmente creíble que la hija fuera una buena cazadora; vimos cómo entrenaba con su padre de una manera realista.
Vimos que, incluso con todo su entrenamiento desde pequeña, aún estaba propensa a cometer errores y cómo el mecanismo de lucha/huida/inmovilidad entra en juego cuando sus habilidades y astucia son puestas a prueba. Eso es lo que hace que el público se involucre y apoye al personaje; cuando están basados en la realidad.
El problema aquí es que «Presa» está plagada de anacronismos del mundo moderno. La forma en que Naru se comporta, cómo habla con todos y incluso cómo se le representa nunca teniendo miedo de nada (aunque, en ese sentido, casi nadie en la película muestra un miedo realista dadas las circunstancias). Los anacronismos combinados con las habilidades sobrenaturales simplemente restan valor a la película, y es una verdadera lástima, porque si esta película estuviera basada en la realidad, de hecho sería la segunda mejor película de Predator.
¿Por qué? Porque está filmada muy bien; Trachtenberg sabe cómo manejar una lente y logra hacer que Canadá parezca un bosque boreal virgen del norte de América del Norte en el siglo XVIII. Muchos disparos con ángulos amplios y una gran composición de color ayudan a darle a la película un aspecto auténtico. El diseño de sonido es absolutamente impecable y la banda sonora es muy buena.
Un final excesivamente predecible, ¿no creen?
El final de la película es predecible y se siente un poco apresurado, como si estuvieran tratando de ajustar todas las piezas del rompecabezas a la fuerza. Además, hay algunos diálogos forzados y escenas que no tienen sentido. Por ejemplo, ¿por qué hay una escena en la que Naru y su compañero tienen una discusión mientras están atrapados en una trampa del Predator? ¿No deberían estar tratando de escapar en lugar de discutir?
¿La recomendamos? ¿Cumple nuestras espectativas?
A pesar de todos sus problemas, Predator: La presa es una película de ciencia ficción llena de acción y emoción que seguramente disfrutará el público joven. Aunque hay algunos personajes y tramas poco creíbles y un final predecible, la película es visualmente impresionante y tiene una banda sonora y diseño de sonido impecables. Si se puede ignorar algunas de las incoherencias y anacronismos, Predator: La presa puede ser una película divertida y entretenida. Solo hay que dejar la lógica a un lado y sumergirse en el mundo de la ciencia ficción y la acción.